viernes, 26 de octubre de 2007

monstruo.

Anoche te soñé. Estabas loca. Eras divertida y estabas loca. Loca como la primera vez que te besé, cuando poco sabías de eso. Cosa que no se entendía, estando tan entradita en años.

En el sueño me besabas como después que te enseñé. También te desnudabas. Realmente no te desnudabas, pero actuabas como si lo estuvieras haciendo. A pesar de la multitud, eras sexy. Fue un sueño tan vívido como aquella primera vez que nos besamos rodeados de gente, pero mejor. Porque antes no movías tu lengua, pero acercabas la pelvis apasionadamente. Algo así como el niño que quiere el juguete pero no sabe alcanzarlo. A mi juicio eras un desastre natural que había que amaestrar. En el sueño habías aprendido muchos trucos.

Después me presentaste a tu novio y yo te dije que me casaba. No me sorprendió que tuvieras un novio. La verdad estuve años esperando que me presentaras alguno. Tú tuviste que disimular la sorpresa delante de él, como cuando disimulabas lágrimas delante de mí, cosa que de hecho hacías muy mal. Esta vez te tocó partida doble. Algo se debe haber roto allí dentro. Lo siento. Sigues disimulando igual de mal, o peor.

Tu novio era tonto, como un gringo o algo así. Pero yo asumí que al ser como eres, y al ser él como parece ser, ambos podrían convertirse en un matrimonio perfecto. En ese contrato de búsqueda tangible de la felicidad que persigues en cuñas de mastercard.

¿Sabes? no olvido el día que bailabas como demente, como feliz y enamorada de todos menos de mí. Cuando te conocí. El día en que, como dijo Héctor cuando me despedí, “nació el monstruo”. Uno descomunalmente grande: sin pies ni cabeza, con un solo brazo y probablemente una sola pierna. Quizás con alguna prótesis mínima para correr en casos de emergencia –cuando sentías que te ahogabas en tu propia mierda-, pero nada más que eso.

Pero tenemos que estar orgullosos. Nos hicimos un buen regalo al separarnos. Fue incluso mejor que todas las cosas que me inventé para ver si me acompañabas a perseguir la alegría del placer de una vida simple, en vista de que suele ser tan complicada. Mejor que habernos ido en yate a Los Roques juntos, pasar fin de año en New York o ir al verano del Sur America (¿te acuerdas?, todos esos planes eran para hacerlos contigo, lástima que el monstruo también estaba sordo). Aún así, lo que hicimos vale más que todas esas cosas que se pudieron haber suscitado.

Estoy feliz: por tí y por mí. Por tener un plan sin tenerlo. En fin, porque ahora el monstruo sabe decir “te quiero”.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Ya veremos.

Ya arranqué. En estos momentos me encuentro en Brighton -la famosa "Barcelona de los ingleses"-, Reino Unido. Estoy aquí porque mi prima vive aquí, y vine de pasada antes de irme a Portugal, donde creía -a veces todavía lo creo-, es mi destino final.

Antes de llegar estuve una semana en New York, donde debo decir, pasé unos días espectaculares. Aquello de "I (L) NY" no es un chiste. NY es una ciudad alucinante, llena de vida, gente y situaciones asombrosas.

Desde que llegué no he hecho más que descansar y salir a caminar eventualmente por esta miniciudad. Ha sido una especie de etapa de descanso.

Desde hace aproximadamente dos días he estado tratando de vislumbrar mi futuro. En un comienzo, mientras me adapto, podría tener trabajo en cualquier bar, pero aún no he querido comenzar pues me gustaría descansar y pasear un poco. Tomar unas pequeñas vacaciones bien merecidas.

En principio, creo que voy a ver cuándo comienza uno de los próximos cursos de inglés por aquí cerca, también para ver en qué nivel quedo, y así presentar el IELTS, y optar por un postgrado, bien sea en la University Of the Arts London o alguna otra universidad. Ya veremos.

Mientras comienza ese curso espero dar una vuelta por Portugal a visitar a mi padre. Ni idea de qué opciones podré vistear por allá. Ya veremos.

domingo, 26 de agosto de 2007

Dejarlo todo y comenzar de nuevo

Tengo aproximadamente 10 minutos pegado a esta pantalla sin poder escribir nada coherente que pueda explicar lo que significa "dejarlo todo para comenzar de nuevo".

Pero ¿Realmente significa algo?

Los seres humanos dejamos pedazos de nuestras vidas constantemente para comenzarlas de una manera distinta. Bien sea que nos mudemos de una casa a otra o que terminemos con una larga relación amorosa, dejamos "todo" para seguir adelante con nuestras vidas.

Algunas veces estos cambios ocurren de una manera más radical que otras. A veces de manera inesperada, otras veces planificadas. Algunas veces se trata de reacciones violentas a estímulos externos y otras veces se trata de reacciones paulatinas de impulsos internos. Al mismo tiempo hay distintos grados de cambios: unos gigantescos, otros mínimos, pero cambios que siempre afectan nuestras maneras de percibir y ordenar nuestras vidas, nuestros rituales, nuestra percepción y nuestros planes.

Lo cierto es que el ser humano necesita esa constanta movilización para sobrevivir a su propia cotidianidad. El cambio, el movimiento, la incertidumbre, la aventura, es algo que nos hace sentir vivos.

Yo, que hoy abro este blog llamado "Eterno blog de una mente sin recuerdos", decidí hace tiempo convertir mi vida en un caos de cambios. Y cada día el momento está más cerca.

El resumen se reduce a: renuncié a mi trabajo y desde el próximo 08 de septiembre, que emprendo un viaje sin destino, no tendré a donde regresar, ni trabajo, ni más herramientos que mi cuerpo y mis ganas de hacer muchas cosas, además de algunos, muy poco, ahorros.

Estoy dejando el anexo que alquilo desde hace no menos de 9 años y vendí todas mis pertenencias, desde el carro hasta mis libros más preciados. Es un acto de total liberación. Las cosas que conservaré se reducen a una maleta llena de ropa, esta laptop desde donde escribo y mi apreciada canon dslr.

¿Por qué lo estoy haciendo? Podría exponer miles de razones: desde políticas, pasando por motivos económicos o de idiosincracia. Y con ninguna estaría dando en el blanco.

Quizás es porque sino lo hago ahora, no voy a poder hacerlo nunca. Quizás tiene que ver con mis ganas de viajar por el mundo y conocer muchos sitios. O sencillamente necesito romper un mundo para poder nacer nuevamente, tal como lo dijera Hermann Hesse a través de Demian.

Es emocionante dejarlo todo y comenzar de nuevo.

UPDATE: Y el tiempo pasó y viví en Londres y ahora en Lisboa =D